martes, 4 de febrero de 2014

Declaración de intenciones

Este es un blog que surge gracias al desencanto asociado a la compra de un KIA Carens modelo 2013.

Un desencanto motivado por el engaño al que fui sometido por el concesionario responsable de la venta, TURISCOR, concesionario oficial para la marca KIA en Córdoba.

Mi intención con este blog no es otra que la de denunciar públicamente las prácticas deshonestas (por utilizar un término moderado) que fueron utilizadas por este concesionario para conseguir la venta de un coche. Sirva esta denuncia para prevenir a futuros posibles compradores de este concesionario para que no cometan el mismo error que yo cometí al confiarles la compra de mi vehículo.

En el caso de que existan más clientes que hayan sufrido un caso similar al mío, sirva también este blog para promover el corporativismo, y que entre todos podamos poner fin a este tipo de conductas fraudulentas que tanta frustración y desencanto provocan en el cliente.

Mi queja se hace extensiva al Servicio de Atención al Cliente de KIA España, cuya respuesta ante mi denuncia se resume en un “nuestra función es meramente mediadora, y el concesionario ofrece una versión diferente a la suya, no podemos hacer más al respecto”. De haber obtenido una respuesta contundente por parte de la marca, fruto de una investigación profunda del caso, tal vez este blog nunca habría existido, pero la sensación de indefensión ante la injusticia crece ante la indiferencia y desinterés de la marca.

Considero que mi narración detallada de los hechos ocurridos ofrece la suficiente verosimilitud como para ser tenida en cuenta por parte de la marca. No entiendo cómo un Responsable de Ventas o un Director General pueden mirar hacia otro lado ante la exposición de un caso como el denunciado, con el deterioro a nivel de imagen y de credibilidad que estas maniobras. practicadas en un concesionario oficial, pueden crear a la empresa.

En resumen, tengo un Kia Carens sin navegador, pero tengo el derecho al pataleo, y eso es precisamente lo que pretendo ejercer a través de este blog.

Nota: Evito citar los nombres de los responsables de la venta en parte por prudencia y en parte por conmiseración.
Nota 2. Cedo un espacio en este blog para que bien el concesionario o bien KIA España presenten sus alegaciones oportunas a lo que aquí se narra. Estaré encantado de publicar sus respuestas, compartir sus puntos de vista y establecer un debate si fuera necesario.

Narración detallada de los hechos denunciados a KIA España



Mi historia comienza con mi decisión de comprar un Kia Carens 2013, modelo Drive. 1.7  y 115 CV con dos extras: 7 plazas y Navegador. 

Resido en Huelva, por lo que voy a ver y probar el coche al concesionario de mi ciudad, y pido un presupuesto con las características mencionadas. El presupuesto asciende a poco más de veinte mil setecientos euros, incluyendo una rebaja especial del concesionario.

Decidido a comprarlo, y sabiendo que el precio puede oscilar de forma sensible entre distintos concesionarios de una misma firma, opto por pedir presupuestos vía telefónica a distintos concesionarios. 

Llamo a Kia Córdoba (Turiscor) y les doy la información detallada sobre las características del coche que quiero. Les digo que llamo desde Huelva y que contacto por si me pudieran ofrecer un precio que me compensara el desplazamiento a Córdoba para realizar la compra. Me dicen que casualmente tienen un coche en el concesionario que se ajusta exactamente al modelo y al equipamiento que busco, y que por ser final de agosto y tener que cumplir con unos objetivos comerciales me ofrecen un precio especial de 20000 euros, eso sí, estando obligado a efectuar el pago al día siguiente porque la oferta sólo podría ser mantenida durante el mes de agosto, que estaba próximo a acabar. Les contesto que tengo que consultarlo con mi mujer, y quedamos en hablar más tarde.

Poco tiempo después de la llamada inicial, vuelven a llamarme diciéndome que se han equivocado, que el modelo que tienen en el concesionario es el de 135CV y no el de 115CV, y que el precio sería de 1000 euros más. Ante mi negativa a comprar el modelo superior, me dicen que como se habían comprometido a ofrecerme ese precio, van a mirar a ver si me pueden encontrar un coche con las características requeridas que esté disponible para ser entregado la semana siguiente. 

Efectivamente, me confirman que pueden facilitarme el coche a la semana siguiente, e insisten en que el pago ha de ser efectuado al día siguiente porque la oferta sólo me la pueden mantener en agosto (vuelven a hacer mención a la necesidad de vender por ajustarse a objetivos comerciales). 

Tras repasar las características del coche y de su equipamiento, les doy el ok para que ejecuten el pedido, comprometiéndome a realizar el pago al día siguiente. 

Tras el acuerdo verbal alcanzado, el comercial del concesionario Turiscor Córdoba me comenta que para que el coche me pueda ser entregado la semana siguiente, el navegador me lo montan ellos en el taller, porque si lo piden con el navegador de fábrica el plazo de entrega se puede retrasar varios meses. Me asegura que el navegador es  el NAVEGADOR OFICIAL, EXACTAMENTE EL MISMO que la marca monta en fábrica, que ellos tienen contacto con la distribuidora que los suministra y que lo montan en el propio taller, por lo que la garantía es a todos los efectos como si viniera montado de fábrica. Soy especialmente inquisitivo respecto al tema de la garantía y me aseguran que a todos los efectos el navegador es como si viniera montado de fábrica, que es simplemente una forma de acortar los plazos de entrega. 

Les doy el ok, sin ninguna duda ni sospecha. 

Por mi conveniencia, quedamos en hacer el pago en dos transferencias: una desde la cuenta de mi mujer, y un ingreso en efectivo con un dinero aportado en metálico proveniente de una ayuda familiar. 

Una vez efectuado el primer ingreso, me llaman del concesionario y me dicen que, si no me importa, reserve 500 euros del total del pago para entregárselos en metálico en el concesionario en el momento de la entrega del coche. Me dicen que haciéndolo así les hago un favor porque pueden ahorrarse el impuesto de matriculación del navegador. La petición me parece un poco extraña, les pregunto si no afectará a la garantía del navegador y me dicen que no, que me lo facturan aparte para que puedan ahorrarse el impuesto de matriculación, me lo piden como favor personal por el ahorro que a ellos les supone. Accedo a hacerlo como gesto de buena voluntad por mi parte, y porque obviamente no se me podía pasar por la cabeza lo que sucedería a posteriori. 

Una vez hecho el ingreso quedo a la espera de la confirmación de la llegada del coche, que según me aseguraron, sería a comienzos de la semana siguiente. 

A finales de la semana posterior recibo una llamada del comercial de Turiscor diciéndome que el coche ha llegado, que procederían a instalar el navegador y que podría ir a recogerlo al día siguiente. Ese mismo día, por la tarde, recibo otra llamada del concesionario diciéndome que el modelo de navegador que les habían suministrado era el correspondiente a la versión anterior del Kia Carens, y que desgraciadamente, no iban a poder entregarme el coche con navegador. Me dieron la opción de hacer la entrega en dos semanas (que es lo que supuestamente tardaría el nuevo navegador que ya se habían encargado de pedir), o bien ir a recoger el coche y llevármelo sin navegador. Opto por la segunda opción, entre otras cosas porque ya me había encargado de solicitar al seguro la baja del coche que iba a entregar, con el que me desplazaría hasta Córdoba, comenzando ésta en el día que me habían confirmado de entrega. 

Expreso mi queja por el contratiempo, ya que me suponía tener que volver a Córdoba para la instalación a posteriori del navegador. Desde el concesionario me ofrecen la posibilidad de hacer la instalación en Huelva para evitarme el desplazamiento, posibilidad que acepto. Me aseguran que el nuevo navegador llegaría en dos semanas, y que a su recepción lo remitirían a Huelva para proceder aquí a la instalación. En un principio me dijeron que la instalación se haría en Chevrolet, marca que también gestiona el gerente de Turiscor; les pregunto si no sería más normal hacerlo en Kia Huelva y me dicen que no me lo aconsejan porque no les va a gustar el hecho de que les hayan “robado” una venta desde Córdoba. En cualquier caso, me aseguran que, a efectos de garantía, constaría como que la instalación se ha hecho en el concesionario oficial.

Un mes después me llaman informándome de que ha llegado el navegador, y que finalmente la instalación será en Moguer. Protesto ante este hecho porque no era lo acordado, y desplazarme a Moguer para el montaje del navegador me suponía perder una mañana entera de trabajo. No obstante, y con la intención de dar por terminado el trámite, me desplazo a Moguer para completar la instalación. 

Tras pasar la mañana en Moguer mientras el taller completaba la instalación, procedo a la recogida del coche, y compruebo que el navegador no funciona. Se escucha la radio pero no cargan los mapas, ni responden los controles desde el volante, ni el usb, ni las funciones de reconocimiento de voz. El instalador de Moguer me asegura que la instalación está bien hecha, y que no sabe qué es lo que puede fallar. 

Ya por la tarde llamo a Turiscor para informarles de lo sucedido. Se ofrecen a buscarme una solución pero no me dan plazo ni fecha concreta, por lo que decido que lo más rápido y efectivo será ir a Córdoba a que ellos me hagan la instalación, a pesar de los inconvenientes asociados a este nuevo desplazamiento: pérdida de horas de trabajo, gastos de desplazamiento, etc. Ellos coinciden en que es la mejor opción, así que decido ir a Córdoba al día siguiente de la malograda instalación de Moguer. 

Una vez en el concesionario, el comercial responsable de la venta se ofrece a acompañarme al taller donde revisarán la conexión. Yo me extraño ante el hecho de que no sea el propio concesionario el que realice el trabajo, pero me aseguran que es un taller asociado, y que el procedimiento siempre se realiza así. 

Ya en el taller comienzan a revisar la instalación del navegador, y me aseguran que es cuestión de configuración del software, y que se puede solucionar. Se ponen a ello y me avisan cuando está arreglado. 

Al ir a probarlo compruebo que los controles al volante funcionan, y que los mapas del navegador cargan, pero observo que las funciones de reconocimiento de voz no responden. Le comento el tema al instalador y me dice que con la instalación del navegador esas funciones quedan automáticamente anuladas. Ante mi asombro le pregunto que cómo es posible, que las funciones de reconocimiento de voz me son muy útiles y que no tiene sentido que la instalación del navegador suponga una merma de una de las funciones básicas que trae el coche de serie. Me dice que eso es así, que es compatible en todo menos en eso. E intenta convencerme de que la función de reconocimiento de voz es una tontería poco útil. Obviamente discrepo, e insisto en que para mí son más que útiles. También observo que el USB tampoco funciona, y el instalador se ofrece a mirarlo. 

Dejo el coche en el taller, e indignado, y sospechando que hay gato encerrado, vuelvo al concesionario. Hablo con el comercial, el cual también pretende convencerme de que la función de reconocimiento de voz es superflua y prescindible. Solicito hablar con el gerente para exponerle el caso. Le comento que si decido comprar el coche con navegador es para añadir funciones, no para restar, y que sospecho que el navegador que me han puesto no es el de fábrica, ya que dudo que un coche con un navegador montado en fábrica salga con la función de reconocimiento de voz capada. Ante este comentario consultan un catálogo del Kia Carens para ver si en las fotos que muestran modelos con navegador se encuentra presente el botón de reconocimiento de voz, y obviamente, como era de esperar, sí que estaba. 

Ante lo evidente decido que no quiero ese navegador, y que procedan a la desinstalación del mismo. Pero la tarde ya está muy avanzada, en el taller están ocupados con otros trabajos, y el gerente me convence para que me lleve el navegador y le dé una oportunidad, comprometiéndose a solucionar el problema y a aportarme una solución válida y satisfactoria. 

Al ir a recoger el coche al taller en el que me habían revisado la instalación del navegador, pregunto si han conseguido hacer funcionar el usb, y me dicen que sí. La solución que me dan es conectar mis dispositivos usb a través de un cable que va desde el navegador hasta la guantera. Nuevamente indignado, paso de nuevo por el concesionario para enseñarle al gerente la “cutrez” del apaño. Éste vuelve a comprometerse a resolver el problema a la mayor brevedad posible. 

Esa misma noche, al llegar a casa, indago un poco en internet acerca de navegadores para el Kia Carens, y encuentro que a través de una página de venta directa de China se vende el navegador que me han puesto, que obviamente, dista mucho de ser el navegador oficial que Kia monta en fábrica, que es el que me habían asegurado que me montarían. 


Mi indignación crece por momentos, ya que en ese momento comencé a ser consciente de que había sido víctima de una estrategia de venta deshonesta por parte de Turiscor. El descuento que me ofrecían sobre el precio presupuestado en Huelva (según ellos por necesidad de vender en ese mes para cumplir objetivos comerciales) no era tal. Me ofrecían un navegador oficial idéntico en características y en garantía al que montan en fábrica, cuando en realidad montan un navegador que, en el mejor de los casos es compatible (en mi caso ni eso). 

Sospecho que al ser el primer Kia Carens modelo 2013 que venden con navegador, pensaban que podrían encontrar un navegador de alguna marca compatible y con un precio mucho menor al original, y lo cierto es que, de no ser por la incompatibilidad del navegador con la función de voz, lo más probable es que yo hubiera caído en la trampa y me habría conformado pensando que el navegador instalado, a pesar de su pobre apariencia, era el navegador oficial, y ahí habría acabado la historia. 

Escribo a Turiscor expresándoles mi profunda indignación, renunciando al navegador instalado y reclamando la reinstalación de mi antigua consola. Me llaman comprometiéndose a realizar la desinstalación y posterior montaje del panel antiguo y a facilitarme que esta vez sea en Huelva. También muestran total predisposición a dar solución al problema del navegador, me dicen que han iniciado los trámites para la búsqueda del navegador oficial, y que me mantendrán informado. Yo les insto a que encuentren una solución rápida y efectiva al problema. 

Dos semanas más tarde me llaman del taller de Córdoba para proceder a la desinstalación del navegador. Me dicen que no puede ser en Huelva como habían prometido en un principio, y que de nuevo tendría que ir a Moguer. Llegado a este punto, y con la intención de ir quemando etapas lo antes posible, paso por alto el nuevo inconveniente y paso otra mañana en Moguer mientras me realizan la desinstalación. 

Ya sin navegador, quedo a la espera de noticias por parte de Turiscor. Tras un par de semanas sin saber nada de ellos les llamo y me dicen que están realizando las gestiones para encontrar un navegador oficial, que es un proceso lento que requiere tiempo. Me dicen que no me preocupe, que ellos me llaman en cuanto tengan algo. 

Tras otro par de semanas sin noticias del concesionario vuelvo a llamar, y me dicen que el navegador oficial no se puede comprar de forma independiente, pero que no me preocupe, que están buscando la forma de poder conseguir uno diciendo que tienen un cliente al que le han robado el navegador para que así la marca esté obligada a suministrarles uno. Yo no salgo de mi asombro, y pienso en cortar por lo sano y denunciar el caso, pero el gerente apela a “un pacto entre caballeros” y se compromete a encontrar una solución satisfactoria

Tras semanas sin recibir noticias, vuelvo a llamar. A todo esto, indicar que han sido muchas las respuestas a mis llamadas con frases como “el gerente está de viaje, le digo que te llame mañana sin falta” sin devolución de llamada en ninguna ocasión por parte del concesionario (o tal vez en una). 

La nueva respuesta es que la estrategia del navegador robado no sirve porque es necesario una preinstalación en fábrica, pero que están consultando el tema con “el delegado” para encontrar la forma de que yo tenga el navegador oficial. 

El pasado lunes, tras otro par de semanas sin noticias del concesionario, les volví a llamar. Me dijeron que el miércoles se reunían con el delegado y que ese mismo miércoles me llamarían. Por supuesto, y como era de esperar, no me llamaron, así que el jueves les llamé por la mañana para ver cuál era la situación. Me dijeron que me llamarían por la tarde, obviamente no lo hicieron, así que a última hora les volví a llamar. 

Hablé con el gerente, que me dijo que desgraciadamente no había ninguna forma de conseguir el navegador oficial para ser instalado en mi coche, que lo habían intentado de todas las maneras posibles sin éxito, pero que seguían buscando una solución. Yo ya me planté y le pregunté que qué solución podía haber si ya han agotado los recursos, y entonces él me dijo que mirara “otra cosilla”, que si unas televisiones para los asientos de atrás, o cualquier otro accesorio que pudiera gustarme. Yo no salía de mi asombro, claro. Obviamente le dije que esa no era una solución válida para mí. Él me preguntó cuál sería la solución que me contentaría. Le dije que llegado a este punto no había ninguna solución que me dejara contento, porque yo había comprado un coche con NAVEGADOR OFICIAL y tengo un coche sin navegador, y sin posibilidad de adaptarle uno, ya no oficial, sino compatible. Le recuerdo el engaño que he sufrido por parte del concesionario pero él se escuda en que tengo un coche pagado con una factura correspondiente al importe que aboné, y donde no consta en ningún lado ninguna referencia al navegador. Es aquí donde tengo que reconocer que el engaño ha sido bien perpetrado

Insisto en que llegado a este punto no hay solución satisfactoria para mí, pero que, teniendo en cuenta que el precio del extra del navegador oficial es de 1500 euros y que de los 19500 euros que yo pagué por el coche (obviamente no llegué a pagarles los 500 euros que me sugirieron pagarles en metálico) 1000 euros correspondían al precio del navegador, tendrían que devolverme al menos esos 1000 euros para que el ahorro con respecto a lo que me hubiera costado comprarlo en Huelva fuera de esos 700 euros que me ofreció el comercial. 

Me dice que esto no es posible, porque devolverme esos 1000 euros supondría perderle dinero a la venta. Yo le digo que si eso es así, que hubieran sido honestos desde el principio y no me hubieran engañado diciéndome que me entregarían el coche con el navegador oficial. El gerente llegado a este punto me dice que él no sabe lo que me dijo el comercial, y en ese momento yo doy por finalizada la conversación, me despido y decido hacer lo que debería haber hecho desde un principio, poner el caso en conocimiento de la marca KIA.

En resumen, el concesionario ha utilizado unas técnicas que no dudaría en calificar como mafiosas para conseguir la venta de su vehículo. Me fue ofrecido un descuento de 700 euros justificado por una supuesta necesidad de alcanzar objetivos de ventas mensuales o trimestrales, cuando en realidad estaban ampliando el margen de ganancias gracias a instalar un navegador con un precio menor a 500 euros cuando al cliente, yo en este caso, se le hace creer que se le instala el navegador oficial con su coste correspondiente de 1500 euros. 

Supongo que lo hacen amparados en la total compatibilidad de algunos de estos navegadores que hace que el cliente no repare en si el navegador que se le ha instalado en su coche es el oficial o no. En mi caso, al no haber sido posible esa total integración o compatibilidad del navegador con las funciones básicas del coche, me fue posible reconocer el intento de engaño. 

El concesionario se cuida de no dejar huellas de estas prácticas malintencionadas, ya que en la factura oficial emitida no hay alusión ninguna al navegador. Pidiéndome que, como favor personal, les pagase 500 euros en metálico al margen de la transferencia, se aseguran que el precio de la venta no supere el precio estipulado del coche, pudiendo emitir una factura en la que aparece sólo el concepto de venta del vehículo, sin ningún extra o equipamiento añadido. 

Considero que los hechos narrados son los suficientemente graves como para que el asunto llegue a oídos de responsables de la marca e inicien un proceso de investigación de lo ocurrido. Espero una respuesta contundente por parte de KIA  que consiga paliar, de algún modo, los agravios a los que me he visto sometido con el proceso de compra en uno de sus concesionarios oficiales.

Mi intención, y mi obligación moral llegado a este punto, es la de iniciar una campaña de difusión de los hechos acaecidos en medios de comunicación y redes sociales, entendiendo que los afectados como consecuencia de estas acciones serían los responsables del hecho acontecido, sin perjuicio para la marca. Mi intención es que estos hechos no vuelvan a repetirse y que no haya más afectados por prácticas tramposas como las ejercidas por este concesionario. No obstante, no iniciaré esta campaña hasta conocer el modo en que KIA Motors Iberia gestionará este asunto, esperando que la respuesta por parte de la marca sea lo suficientemente satisfactoria como para, por mi parte, poder dar por zanjado este conflicto.
Sin más, y a la espera de su respuesta, reciban un cordial saludo, 

Rafael Hidalgo

(la respuesta de KIA España a esta denuncia la cuento aquí: http://tengounkiasinnavegador.blogspot.com.es/2014/02/declaracion-de-intenciones.html )